martes, 4 de enero de 2011

No. Definitivamente. Ya nada es igual. Nada.
Todo esta recubierto de esa extraña patina gris.
Gris. No es claro, tampoco oscuro. Es simplemente gris.
Oscuro, frio y helador. Lo odio.
Ya no soy más esa exraña criatura risueña; compleja y a la vez absurda....
Que rie y llora al mismo tiempo. Que no conoce la palabra seriedad.
Que pinta su mundo del color que le da la gana. Preferiblemente lila o violeta.
Que cierra los ojos e imagina que puede volar.

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